lunes, mayo 16, 2005

Tirantes relaciones diplomáticas.

La obra escrita, refiriéndome exclusivamente a mis intentos de escribir, pasa por una crisis. Y más la poesía que la prosa en realidad; aunque es un todo el estado, ya, lo admito, no crítico, pero si preocupante. Hay ideas, sé que si me sentara a hacerlo podría escribir mucho, pero ese es precisamente el problema: No soy capaz de sentarme a escribir, a hacerlo en serio, concentrado quizás escuchando al señor Moz tal como ahora, pero a escribir... A nada más que eso.

Sé que no es lo único que importa... Pero sé también que está latiendo allí dentro mio, y yo no lo dejo fluír. La represión aplicada nuevamente; y creo que no todas mis ideas escribibles salen de la mala conciencia.

Pero como no todo es nada, hay algo. "Tirantes relaciones diplomáticas", para ver si algún día me siento más orgulloso de mis versos. (Aunque un par de poemas si merecen que hinche el pecho por ellos)

He caído en cuenta del detalle
del nombramiento de mi nombre
que haces al vernos.
Y de que yo no recurro
al mantra de recitar
las nueve letras de tu recuerdo.

Recuerdo de vernos.
Buscando tu rostro y tus cabellos
más de una mañana me sorprendo.
Y no estás. Y no te
encuentro. Y tampoco te espero.
Ahora sé que podías ser más esquiva.

Y que podía yo seguir queriendo
la leve tibieza de tu presencia,
la delgada compañía de tu silencio.
No es lo mismo; no somo
los mismos. El deseo de tu
ausencia presente, permanece.

Sabía yo que eras distante,
pero siempre se puede sentir más fuerte.
Mis ojos ya no están sólo en
esa esquina, pero siguen mirándola.
Incompleto, incompleto, aún más
que antes está el rompecabezas.

Terminé por darme cuenta
de la pérdida de algunas piezas.
Los lazos que unen los cabellos
a través de nuestras ventanas altas
caen por momentos en el abandono
de los cables del telégrafo.

Y sé. Y quiero y sé,
que no caminé para desandar.
Que los gestos, las palabras,
eran conquistadoras; mas no
sólo de un sueño de amor.
Buscaban algo distinto.

Me pregunto si podré decir
que poseo una embajada
en tu nación a veces amable
pero siempre tan lejana.

(La rima salió casi de casualidad... El título, sí, bien contemporáneo.)

Saludos.

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.
"Como la flor que se niega a marchitar."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es mi idea Peñailo, o soy el único que pesca tu blog...???
No me extrañaría, nadie pesca el mio, ni yo lo pesco...jajajaja

Pero en fin...déjame imaginar...¬¬
No diré su nombre, es más que redundante, quizá doloroso, quizá ya no amenazante.

De cualquier manera, el hecho de que rime, casi por casualidad, no es casualidad...es parte del reflejo de nuestro sub-conciente, de hecho, en el tema del cual uno escribe, se encuentra concentrado en magnitudes colosales, que así fluyen "por casualidad" los versos en rima...
A mi me ha pasado también, ya te diré con quién...

Vocero de la República de Polenia.(El señor de Freakylandia!!!)