miércoles, diciembre 28, 2005

Navidad a oscuras

(Acogiendo una sugerencia dejada en www.fotolog.com/elpoleno pondré también aquí el cuento "Navidad a oscuras", que publiqué en el lugar mencionado.)

Gracias al pequeño transistor onda corta que le regaló un padre que no terminaba de comprenderle, don Manuel Aguilar, párroco de La Bayamera, pudo escuchar por Radio Vaticana el saludo de Navidad del Papa Pablo VI. Eso le ayudaba a acompañarse en una fecha solitaria. Solitaria como solitarios eran sus días de sacerdote. Sabía que serían así, pero eso sólo se le había hecho patente cuando llegó enviado por monseñor Amigo a La Bayamera. Recordaba ese primer día, y la "calurosa" bienvenida que le había proporcionado el alcalde, que había mandado clausurar la puerta principal de la parroquia a una hora de llegar, con el pretexto de que la pared del frontis era un peligro de derrumbe, y que ese derrumbe podía ocurrir al abrir la puerta.

Aquel primer gesto sería reflejo de la soledad que le acompañaría en los meses posteriores. Ni siquiera el venir de la capital le atrajo el contacto de los pobladores, quienes en su gran mayoría lo rehuían al verlo pasar. Los únicos que no se cohibían en hablarle eran los de la junta de racionamiento, que cada vez que el sacerdote iba a buscar sus raciones le recibían con una alegría que nadie más le demostraba, pero siempre acompañada de las insinuaciones de “Padrecito, nos dijeron por ahí que se va a la Parroquia de…”, señal de que tampoco estaban muy contentos de su permanencia en el lugar. Permanencia… Esa era la palabra correcta. Difícilmente se podrían usar otros adjetivos que usaban los sacerdotes: “trabajo”, “misión”. El padre Aguilar contaba su feligresía dominical con los dedos de las manos. Y a veces le sobraban dedos.

La emisora de Roma anunció que continuaría sus transmisiones con música, y don Manuel apagó el receptor para comenzar a preparar la misa de Navidad. Comenzó lentamente a desplegar un mantel blanco que doña Lucía le había regalado a su llegada, y con un trapo viejo limpió el altar resquebrajado y las imágenes que quedaban en el templo. Mientras limpiaba, pensaba en si sus avisos de que celebraría la Navidad tendrían eco. No habían faltado las ocasiones en que había celebrado misa solo. Además, en esas fechas, el control era férreo. Doña Lucía, que vivía al frente, no tenía miedo; pero a veces tampoco ella podía ir. Y él no era quien para exigirle a ninguno de sus feligreses. Sabía que, en cada ocasión, se arriesgaban.

Cayó la noche. Don Manuel, cabellera blanca a sus cuarenta años, vio que todo estaba lo mejor arreglado posible; lo mejor que se podía esperar en un templo que se llovía, que tenía tejas caídas, paredes resquebrajadas, y donde faltaba todo, menos oscuridad y soledad. Había electricidad esa noche, y podía considerarse afortunado de encender la bombilla eléctrica que iluminaba el altar. Aunque aún faltaba para la hora que había anunciado, abrió la puerta lateral del templo. Señal de desafío. Desde afuera, música atronadora contestaba y no tenía intenciones de cesar.

La bombilla y los insectos chirriaban. La luz de las estrellas miraba al padre Aguilar, y el padre miraba el reloj; y el reloj, los insectos, la bombilla y el padre veían que nadie llegaba. Al frente no había luz alguna encendida. La música seguía sin cesar reproduciéndose en la sede del partido y en la cantina. Y llegó la hora. Dudó de si hacer algo que no tenía sentido; pero el Salvador tampoco era cosa de razón, y le pedía hacer misa aunque estuviera solo. Buscó la estola, los pocos implementos que trajo en la maleta, y comenzó a cantar. Se aseguró sí de tener una compañía: la foto de su familia se apoyaba en una vela sobre el altar. Mientras el baile y la fiesta parecían estar en su punto álgido, Aguilar se esmeraba en leer el Evangelio. Y se cortó la luz.

La música no pudo continuar. Él sí; sabía el procedimiento de memoria. Además, estaba representando un monólogo. En la oscuridad vio venir las nubes en el cielo, y una gota le apagó la vela en el último amén. Así era la lluvia en el trópico. Impredecible. Se predijo una mala noche tratando de evitar las goteras. Se tendió en el banco que le servía de cama, y se guareció con las frazadas. “Feliz Navidad”, se dijo, antes de cerrar los ojos tristes.


Le acariciaban la cara. Era su madre; la única feliz de verlo sacerdote. Pero le estaba llamando padre, no hijo. La palabra resonaba cada vez más en sus oídos.

Abrió los ojos. Con el rostro perplejo, y los sentidos tratando de reaccionar, vio entonces a doña Lucía a su lado tratando de despertarle. Tras ella, unas personas, veinte quizás, le observaban. Entre ellas, una clase de gente que hace mucho no veía. Niños.

-¿Qué hora es?
-Es la una de la madrugada. Nos preguntábamos si podría celebrar la misa de Navidad.

Adormilado, logró que sus músculos esbozaran una sonrisa. Permítanme despertar, por favor, les dijo, y le ayudaron mientras abría los ojos son creerlo.

Se dirigió al interruptor. Una voz cómplice le dijo:

-No hay luz.

Comprendió entonces, y dejó que el cielo y los ojos de la gente, iluminaran su Navidad a oscuras.


Saludos,

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.

viernes, diciembre 23, 2005

Retoño.

- Me da una moneda para un pancito para mi y para mi nieto, por favor...

Desde la cuadra anterior, donde estaba esperando pasar aquella complicada esquina, había visto al anciano, que a un costado de la calzada vehicular aguardaba a que se encendiera la luz roja para recorrer con paso lento las ventanillas de los autos en busca de una moneda. Llevaba puesto un sombrero de viejo pascuero, y andaba trayendo un coche, en la parte inferior del cual unas bolsas de feria guardaban algunas de sus pertenencias, supuse.

Cuando llegué cerca de la esquina, y se dirigió desde el pavimento hacia mi, lo primero en que me fijé era en que el coche no llevaba a nadie.

El viejo también se percató, y me habló.

- Se llama Camilo... Tiene dos años, pero todavía le cuesta caminar, se cansa mucho, y por eso lo ando trayendo en este coche. Así además nos hacemos compañía. Vivimos solos; sus papás murieron, y desde entonces es mi retoño... Pido para mi, pero también para él. Compartimos el pan y la casa, y cuando junto hartas monedas, le compro un poco de leche.

No pude evitar mirarle, mirar su gorro cuya parte blanca estaba sucia, el coche vacío... En el cubículo delante de la palanca de cambios, una moneda de quinientos pesos que era parte del vuelto del diario que yacía abandonado en el asiento del lado derecho brilló. La alcancé y se la dí, acompañándola con un imperceptible "tome". Me sonrío y dijo:

- Le diría que le diera las gracias, pero es mudito. Así que yo le agradezco por mi y por él.

El viejo avanzó con su coche entre los autos hacia el que estaba detrás mio. Mientras lo miraba por el espejo retrovisor, el semáforo dio la luz verde. Había que continuar el camino.



S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.

jueves, noviembre 17, 2005

Lastre.

"El pasado es un lastre del que es necesario deshacerse", leyó, y se lo tomó en serio.

Compró un globo.

Consiguió gas, tomó cocaví para el camino, y comenzó a inflarlo.

Cuando estuvo listo, en medio del campo verde, miró a lo lejos y partió.

Y mientras avanzaba, iba dejando atrás y olvidando, mientras echaba los sacos al suelo.

Horas después y doscientos kilómetros más allá, mientras caía la tarde y el general Manuel Carranza estaba en medio de sus cavilaciones existenciales en uno de los cerros que rodean a la ciudad de Los Pumas, el ordenanza del general le decía al contuso tripulante del globo aerostático caído, "¿es que no sabe que el lastre es necesario para el equilibrar el globo, idiota?"


Saludos,

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.

domingo, noviembre 13, 2005

Cantemos con poleno. (O de las renovaciones en la Plataforma Multimediática Polena)

Cuando yo veía el blog de Bimbo (http://b1mbo.blogspot.com) le envidiaba aquella "mágica" cualidad de tener un video musical que sonaba en su blog. El sujeto nunca quiso decirme cómo se hacía para tener eso.

Tiempo después, la señorita Lucy (http://capullorugoso.blogspot.com) también apareció con un video en su blog. "I like a virgin" era la canción en cuestión, y la sección donde se inscribía ese video era "Cantemos con Oruga". El nombre, lo recuerdo, me hizo reír. Pero después ella sacó la sección. Vaya a saber uno por qué.

Y bien, como adelanté en algún artículo, saqué el contador.

¿Qué le pongo entonces al blog, pensé?

Buscando, buscando, ah, maravillas de la internet, hay sitios que le ayudan a uno a ponerle cuanto adornito quiera a su blog.

¿Videos? ¡Claro que sí, por supuesto que le tenemos!

Entonces no fue más que copiar algunos códigos, buscar, y ahora "Escribiendo el melodrama barato de mi vida" le tiene "Cantemos con Poleno".

Con una canción bien ad-hoc a Poleno, por supuesto.

También el blog de Deportes Melipilla, que ha superado en visitas a su alma mater, le tiene algunas novedades. Véalas en http://deportesmelipilla.blogspot.com

El que se ha ido quedando atrás, en público y en adornitos, pero ya le meteremos más cosas, es el blog de la República Turca de Chipre del Norte. http://republicaturcadechipredelnorte.blogspot.com

Y si revisan los links de www.fotolog.net/elpoleno se encontrarán con más de una sorpresa graciosa.


Espero que esta temporada de calor (maldito sea) sea fructífera en novedades "tecnológicas" y en artículos para la Plataforma Multimediática Polena. Ya estamos pensando en algunas sorpresitas para todos ustedes, amables lectores.

Saludos,

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.

martes, octubre 25, 2005

Un año de(saprovechado) blog.

Sí, en un día como hoy se cumple un año desde que me aburrí de las frecuentes "comidas de texto" y de los infaltables días en que el servicio de fotolog andaba temperamental (debo reconocer que en el último tiempo este servicio ha mejorado notablemente) y decidí hacerme un blog. "Escribiendo el melodrama barato de mi vida". Hay que decir que el título le sigue viniendo bien al asunto, considerando además que ahora es tan frecuente verme como un pesimista lacrimógeno.

Y sin embargo, creo que este espacio ha sido desaprovechado. Se pudo haber escrito mucho más aquí; y no siempre faltaron las ideas. En el fondo, la causa es un problema endémico del encargado de este blog, su falta de disciplina para poner en texto esas ideas, para darse tiempo en aprovechar de escribir y no perder el tiempo viendo huevadas. Falta la constancia (no confundir con nombres que suenan parecido) y la voluntad; vaya novedad, como si las hubiera tenido alguna vez.

Es entonces ahora, cuando se cumple un año de este blog, que debería pensar seriamente en aprovechar algo más este espacio, usarlo más, no tener tanta "paja" de accesar mi nombre de usuario y contraseña y ponerme a escribir aquí. Vamos a tratar.

Aunque por algunas semanas, el tiempo va a ser escaso. Ya saben, PSU y todo eso.

Mejor sacaré el contador. Además, ya no funciona.

Saludos,

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.

sábado, octubre 22, 2005

El día que la ciudad amaneció perdida.

El día que la ciudad amaneció perdida yo desperté tarde. Me quedé dormido, y por lo tanto no pasé por la angustia de tener que salir como extranjero a la calle a ver si tendría que llegar al preu en una micro vieja (si quedaban), en una nueva (si pasaban), en un taxi o en un avión marciano. Sin embargo, ya avanzada más la mañana, y de hecho, luego de que habíamos doblado la curva de la tarde y ya estábamos en PM, tomé dirección al centro de Santiago y me dispuse a ver en qué podría irme. Claro, con esto de cambiar los buses y las administraciones de las líneas, resultaba natural temer alguna clase de descalabro de proporciones en el transporte. Bien, salgo a Independencia, y veo bastante (para ser un sábado al mediodía) gente en el paradero. Mala señal; ya que lo más probable es que estuvieran pasando pocas micros. Bueno, llego al paradero de siempre, cuando desde Teniente Ponce veo salir una 104... ¿Una 104? Sí, así es, una 104, recorrido desaparecido que pasaba por la casa de mi abuela, y que ahora, por algún motivo, venía a pasar por la esquina donde tomo micro, y oh sorpresa, ahora hay una micro que se va por Santa Rosa. Bien, yo mirando Independencia, esperando algo, y veo venir por el lado contrario una de las micros nuevas, bastante llena. Al parecer la gente estaba atraída por la novedad, o pasaban tan pocas que eso explicaba el gentío. La primera en venir de mi lado era una 417, amarilla normal, que no quise tomar porque me daba flojera caminar desde Merced. Luego vinieron las restantes micros que usan San Antonio, lo que me hizo pensar en que existía una especie de coordinación central que mandaba a todas las micros, y oh, planes maquiavélicos. xD Bueno, me subí a un 411, amarilla, conocida por mi, salvo porque el chofer iba de camisa y corbata, y me dio un boleto desconocido. "¡Buen viaje! TranSantiago Súbete", todo rojo el boleto. Oh, sorpresa; uno más para la colección. Planeaba leer en mi viaje, pero no lo hice; mi mirada y yo nos entretuvimos mirando las micros nuevas, las gentes sorprendidas, y todo este ambiente tan raro de hoy.

Bien. Bajé, y me fui a encontrar con María. Luego subimos a ver micros. Y oh sorpresa, mirando micros en Bandera, encontré a alguien (pero eso es otra historia...). Bien, en Bandera el panorama era de caos, ante todo por el lío de que los buses articulados no caben por el paso, y la mayoría de los buses nuevos no estaban pasando por Bandera. Entonces, como además parece que todo Santiago había salido a la calle, o algo así, porque en los paraderos había mucha gente, había hordas esperando subirse a cualquier micro. Misma situación se observaba en la Alameda, donde una confusión de micros verdes, rosadas y amarillas, muchas de ellas al parecer desprevenidas, cosa notoria por los letreros a mano y recorridos anunciados con pintura blanca, pasaban por la principal arteria vial de Santiago.

Pasó la tarde, y cuando fue la hora de volver a casa, fui al paradero céntrico tradicional (y no oficial) a tratar de encontrar una micro en la que volver. El panorama era desolador. Debido a que justamente el paso nivel de Bandera con San Diego es el único en el que no caben los buses "oruga", (jiji) la cantidad de buses que pasaba por Bandera era exigua, y casi todos de Renca. Me fui entonces unas cuadras al poniente, por donde se suponía que pasaban las nuevas micros. Cuando ya me iba a volver a Bandera a ver si pasaba una de las viejas amarillas, a lo lejos se vio venir una 139 de esas verdes de tamaño "normal", con destino Quilicura, nuevecita de paquete. Y llena de gente. En fin, la hice parar igual. La puerta se abrió lentamente, y al subir, una pléyade de choferes nos saludó a quienes subimos, y es más, nos dijeron que por ese día el transporte era gratis. El caballero que subió detrás mio creía estar siendo objeto de una broma de Video Match al oír eso, pero cuando se lo terminó por creer, dijo "al fin una hueá gratis en Chile".

El viaje fue lento, muy lento, mirando las calles céntricas llenas de gente estupefacta y sin tener mucha idea de qué hacer. No faltó quien quiso bajarse a mitad de cuadra, y como no le pararon, empezó a echar chuchadas varias al "operador". Pero quizás el caso más emblemático fue el de aquel energúmeno que en Mapocho quiso que le pararan en la tercera pista, y al ver que no le hacían caso a su majestad y ni pensaban en abrirle la puerta donde no se debe, comenzó a golpear el bus, hacer gestos con las manos, y putear a la micro y a su chofer. Los asientos, escasos. La gente se apelotonaba adelante como si el torniquete del cobrador se la fuera a comer. Y para sorpresa de todos, subió un joven en silla de ruedas. El espacio para poner éstas demostró su utilidad aquí, y todos quienes se afirmaban en ese sector del bus hubieron de buscar nuevas ubicaciones.

Una experiencia un tanto extraña la de andar en un bus nuevo, pero a la que habrá que acostumbrarse, aunque no sé cómo irá a ser la relación entre las gentes y sus nuevos buses. Mi primera visión es algo pesimista, pero quizás las cosas cambien cuando la ciudad no amanezca tan perdida con esta invasión albiverde que se nos viene encima.

Saludos,

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.

lunes, octubre 17, 2005

Discurso anual 2005.

A ver... Desde hace 2 o 3 años (pensándolo después del día 15, no me acordaba exactamente desde cuando lo hago, pero creo que son 3 años), acostumbro escribir un discurso para el día de mi cumpleaños; y no precisamente para festejarme a mi mismo. Las veces anteriores el discurso tenía una distribución limitada, sin embargo, si esta vez lo hice público en la celebración de mi cumpleaños, no veo por qué no ponerlo en el blog...


Santiago, 15 de octubre de 2005

Estimada gente:


La literatura no sirve de nada, pero nos vuelve más lúcidos. Quizás en mi infancia tuve el error o el acierto (es tan subjetivo definir qué fue) de leer demasiada literatura, y es más, leerla a escondidas, como si se tratase de dictadura perseguidora, cuando no era más que mi insomnio que no quería irse a dormir cuando lo mandaban. Creo que eso produjo demasiada lucidez en mi, que si bien no ha servido de mucho para hacerme cambiar, o para dejar de llegar tarde (la última frase también tiene un sentido metafórico, y más de alguien bien lo sabe), al menos sirve para darse cuenta… De algo, supongo.

Mientras me sentaba a intentar escribir esto recibí con sorpresa una encomienda, “urgente”. Y yo, con mi urgencia tantas veces desaprovechada, me pregunté una vez más por qué cierta gente (más hasta de lo que yo mismo creo) me quiere tanto. Es una pregunta que no he sido capaz de responderme, y en parte me atormenta, porque después de años (quizás los mismos tres que llevo aburriendo gente con mis discursos de 15 de octubre) sigo sin acostumbrarme a ello. Sigo quedándome pegado en lo que fue, y por eso reitero las preguntas y los actos. Y quizás este momento tan extraño, este día tan raro para mi en el que cumplo 18 años (aunque los cambios no sean muchos, prefiero darle importancia, a ver si sirve de algo), sea el momento de salir un poco, un poquito, del pasado refugiante. O al menos dejar de hacerme esa pregunta, porque sé que no tiene respuesta; que la respuesta posible, la única, son mis propios actos.

Despertar quizás sea la moraleja del día. Pero surgen nuevas preguntas. ¿Despertar a qué? ¿Para qué despertar, si es más fácil dormir? ¡Ah, dije la palabra clave!... Lo fácil. Si media vida me he ido por ese camino, huyendo de todo. ¿Entonces por qué despertar?

¿Hay algo todavía a lo que despertar?

Contraviniendo todo mi bien armado sistema de estabilidad construido, al parecer sí lo hay. Aunque incluye el riesgo de caerse del catre.

¿Despertar a qué entonces?

Tan simple como despertar a la idea que se pasa por la mente, a la causa tonta que a uno se le ocurre, a la cara triste que le preocupó por un segundo, al árbol que justo esa mañana pareciera ser más verde que otras mañanas, cuando es el mismo árbol de todos los días, ese mismo de la esquina. Despertar al amigo que olvidamos creyendo que era un imbécil, y al imbécil que olvidamos cuando nos dimos cuenta que podía ser un amigo. A la canción que nos hizo temblar la cara, al lugar que nos agradó y quisiéramos volver. A los conocidos que saludamos con la cara ojerosa y la palabra balbuceante cada mañana, y a los que aún no aparecen pero en el banco de la plaza se les podría ocurrir preguntarte la hora, y luego preguntarte tu nombre.

Despertar entonces a lo más simple y a lo más sagrado. A la vida. A la vida; todo y sólo eso.

¿Y para qué? Porque supongo que todavía vale la pena. Todavía puede servir de algo.

Creo entonces que en este día, más que hablar de votaciones, mis futuros viajes a países raros (que ojalá algún día se realicen; escúchanos Señor te rogamos), sueños y pesares; lo importante es que es una oportunidad más de despertar. Un día más para despertar; aunque me falten argumentos teóricos para sustentarlo, y esto no sea más que unas cuantas palabras.

Y al menos por un día, ver si aprendí (puede reemplazarse por un “aprendimos”, pero creo que al menos yo debo bastarme con tomarlo para mi alguna vez) la lección.


Saludos... Y os agradezco muy cordialmente vuestra amistad.


Eduardo Esteban Peñailillo Barra
Conchalí, Santiago, Chile.



Saludos,

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo Barra.

sábado, octubre 01, 2005

¿Intuición?

A mi se me olvida que hay cosas que hay que hacer o cambiar de tanto en tanto. Por seguridad y por sanidad mental.

El problema es que yo no tengo sanidad mental. Y en el punto anterior: O soy inseguro, o soy despistado.

Bien... Súper bien.

Sin embargo, al parecer mi intuición sí funciona.

Mi intuición; o quizás sea más exacto decir, mi capacidad de asociar elementos lógicos o probablidades. Eso no excluye que a veces parezca más bien una asociación de incoherencias.

O achunte, si andan ahorrativos de palabras.

Alguna gente agradecería esa clase de atributos, aunque fuera en algunas ocasiones de poca importancia. Yo sinceramente me lo tomo con una mezcla de temor e incredulidad. ¿Temor? Pero claro. O sea, toparse de repente con que uno termina por haberse enterado con anticipación de cosas que suceden luego... A mi me deja perplejo.

Aunque a veces, tanto va el cántaro al agua, que pasa.

Tanto esperar un suceso; y no sólo esperar, decir que va a ocurrir, decir que es inevitable... Por supuesto que puede llevar a que ocurra.

Así caminaba yo.

Dirigía mis pasos a casa; buenos libros y bolsa del pan en la mano, como si fuera una escena anticipatoria, pero no lo era...

Entonces pensé "¿y sí?".

Crucé.

Y sí.

Con levantar la mirada bastó para confirmar, para ver, para que cayera el ladrillazo, para asociar y lanzar hipótesis, para perder, para que el suelo se hundiera un poco. Con voltear un poco la cabeza fue suficiente para darse cuenta una vez más que no me es posible borrar; aunque supere. Aunque nada sea lo mismo.

Por supuesto que no lo es.

El alelamiento dio paso a un patear el suelo cada vez que algo así ocurre.

Pero igual quedan resabios de sensaciones.

Hay cosas que a uno le siguen gustando de todos modos.

Malditas imágenes y sensaciones encantadoras; perturbadora sidra de manzana que tiende a envenenarme un poco el alma de tanto en tanto.

Y yo no-creyendo en mi intuición, por creer en otras cosas.

Saludos,

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.

domingo, septiembre 04, 2005

Mi tesoro enfermo.

Me arrepiento de las palabras
Que te regalé
De decisiones que sin pensar
lastomé por tí
De abrumadoras sombras
Que para tí compré

Hoy te desheredo
Mi tesoro enfermo
En un mar de vientos
Mi tesoro enfermo

No quiero hablar demasiado
De la verdad
Que me hizo mentir
De sueños sin descanso
Que hablan de muerte y de sed
Y de secretos sordos
Que nunca supe oír

Hoy te desheredo
Mi tesoro enfermo
En un mar de vientos
Mi tesoro enfermo

Me voy de viaje por el infierno
Cielo, Mar y Tierra
Me sobra el Tiempo...

(Los Tres, "Te desheredo")

No tengo plata. Tengo unos cuantos libros, unos cuantos escritos, otras tantas cartas llegadas desde demasiados lugares del mundo si consideramos lo escaso que conozco de este; que conozco, no que sé, que son cosas muy distintas ciertamente. Mi madre insiste en que la cama es mía y mi padre insiste en que el notebook es mio, pero supongo que todavía no acabo de entender o de querer entender eso, algo así como que parte del "no" no entendiste. A lo que voy -siempre yo con mis rodeos- es que no va a lo material la palabra cuando me subo al monte de las afirmaciones o bien llego a la oficina de las declaraciones sin sentido -elíjase la metáfora que se prefiera- y postulo tener un tesoro. Supongo que hay alguna gente que lo cree. Una herencia, pero mejor quedémonos con el término tesoro. Le podemos anexar el adjetivo enfermo si queremos, si se considera que también es fruto de un entramado que se desarrolló enfermizamente en algunos de sus aspectos más importantes, quizás podríamos mencionar entre ellos el silencio y un sentido pésimo de la auto valía, además de la facilidad del fracaso, pero no es de esta estructura que iba a hablar, sino del sentido del tesoro; y voy a dejar de tratarme mal para postular "again" que sí existe, que sí está, y que bueno, de tanto en tanto lo reparto, contraviniendo mi puto egoísmo.

El problema, mis queridos lectores (si es que llega a caer alguien por aquí) es cuando uno lanza las monedas y nadie las recoge. ¿Qué se hace en esos casos? Y yo debo decir que he sido muy tonto y muy ciego en ese aspecto, porque yo he lanzado las monedas en medio de las calles de Montecarlo, sin darme cuenta que en Kiev las necesitaban más. Pésima analogía para decir que la repartición de mi tesoro, de mi mismo, de mi amistad, o como quieran plantearla, ha sido hecha casi tan mal como la distribución chilena del ingreso. Ante todo porque me he confiado, porque me he acostumbrado, porque perdí ese sentido de la desesperación de la soledad (sólo en parte lo perdí) y me acostumbré a que existía gente al lado mío, cosa que en su largo tiempo no estuvo clara, es más, no existía. Y al acostumbrarme, perdí la necesidad de reafirmarlo, y también cerré los ojos; porque es eso lo que nos pasa cuando nos acostumbramos. Entonces sólo abrí la puerta; de hecho, estaba pasándolo genial abriéndole la puerta a tanta gente. La casa estaba limpia, había mucho que comer y que beber; por favor, adelante. Pero en un momento el anfitrión se dio cuenta que ciertos invitados sólo se le acercaban a hablar para pedirle más vino y más queso. No era esa la idea. Se los aclaró. No escucharon.

Por eso cree que hizo bien en echarlos, o en intentar hacerlo. En desheredarlos de su tesoro enfermo. Sí, es cierto, probablemente magnifica la situación y todo esto da lo mismo, y nuevamente me sumerjo en un mar de puras tonteras; pero es un tema que me importa, que necesito hacer palabra, para que me deje de rondar como sombra. Soy orgulloso, está bien; nadie me dio el derecho a declararme juez, a dictar sentencia, a ser tribunal y parte. Pero es mi tesoro y la huevada es mía. Si tengo que cerrar las puertas lo voy a hacer, aunque sé que nunca sería como antes, algo no puede volver a un punto que quedó al lado izquierdo del plano cartesiano, ni aún queriendo... No, no sería lo mismo, y probablemente sea un alivio que no pueda volver a ser igual, porque lo que menos quiero en la vida es retrotraerme al punto 10, o al punto 11, aunque haya cosas que eche de menos de allí, aunque probablemente haya sido mucho menos condenable y mucho más amable.

La cosa es que supuestamente he firmado ciertos decretos de desheredo, aunque cada uno o dos días esté dudando de si debería hacerlo, y probablemente si los objetos del decreto se acercaran a pedir una apelación les sería concedida, por más que creo que no lo harán, y soy así de claro. Aunque todo esto me ha llevado a pensar algo que termina por reafirmarme en el túnel que le decía al señor que llega atrasado en el tren: aquello de saber lo que debo hacer y no hacerlo. Claro, cierro la puerta a algunos casos. Pero debería abrirla para muchos más, y no lo hago, por temor a...

Tampoco voy a ponerme a hablar de un viaje por el infierno. No, qué infierno, si no lo conozco. (Y no estoy siendo irónico) Sólo quisiera terminar, con un mensaje muy particular, que era simplemente el decirte que más allá de las características del viaje, que tus pasos de pinguina me sigan es algo que resulta reconfortante, quizás demasiado agradable (aunque creo que demasiado no es el término correcto), y un poco extraño para mi, pero espero no hacerlo tan mal.

Ante todo, espero no acostumbrarme. Creo que aunque pueda resultar un poco duro será mejor. Tanto si hay principio, como si hay final. Acostumbradas, podrían marchitarse las flores de Nederland.

Eso. Gracias.

Saludos,

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.

sábado, agosto 06, 2005

"No podemos olvidarnos"

(A esto le llaman "escribir con la guata")

No podemos olvidarnos de la pobreza que vieron nuestros ojos cuando éramos menos de lo que seremos. No debemos olvidarnos de los artilugios que nos van a parecer ridículos cuando habitemos la tierra del futuro promisorio. El olvido será la forma más barata de vender nuestra alma; porque lo que nos rodeó es también lo que fuimos, y lo que somos.

No podemos olvidarnos de la abuela que pasó con el bastón en ristre apenas; del diario que que le poníamos a los zapatos cuando se mojaban; de la tierra con que jugamos cuando chicos. Porque aunque nuestra vejez estuviera libre de arrugas, tengamos auto para no empaparnos en la lluvia, y la infancia se nos quede atrás, lo que hemos sido es nuestra alma nuestra puta alma, nuestra maldita bendita alma. La única demostración que somos más que un código de barras.

No nos olvidemos de esa micro que se quedó en panne, y de la que nos reíremos pos oye en el futuro, teniendo en frente una mesa bien servida. Mil veces más pura será la sonrisa que pusimos en el rostro al ver que venía alguien conocido en el asiento de atrás, y nos fuimos conversando parados en el siguiente bus que se llenó.

Que los ojos de la muchacha a la que besamos sonrojados en una plaza no pesen menos que la silicona de las tetas de la modelo que nos tiraremos en el departamento del piso catorceavo, y que la torpeza de los labios de la chiquilla no la desprecien las técnicas del Kamasutra de la pantera rubia que pretende arrancarte hasta el último sorbo de orgasmo y el último billete de la billetera de cuero. Que no se nos olvide el ruido AM de la radio a pilas en el mundo del impecable sonido del disco compacto.

Porque todo va pasando muy rápido, y se nos fueron los abuelos, los tíos, los padres y la familia, y terminamos por enterarnos al leer una carta del cementerio pidiendo reducirlos por falta de espacio. Porque se nos fue la vida en ser jóvenes, y nunca nos dimos cuenta que las arrugas del viejo las causan el llorar y el reír, que no son más que vivir. Nos obnubilamos en el futuro, lo dimos todo a plazo, y al final nos quedamos vacíos.

Que no se nos olvide el mar en la ciudad, el valle en la playa, el río en el cerro, el amigo en el tren, lo que fuimos en lo que seremos. Que al fin y al cabo esto es todo lo que tenemos, y el tiempo que nos dan para atraparlo entre estas manos que siempre son muy pequeñas, se nos hace nada.

Saludos,

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.

viernes, junio 24, 2005

Cuentos en 100 palabras II

Chile es "la copia feliz del Edén". La copia; desde ahí que somos copia. Pero la cuestión de la absoluta falta de originalidad de nuestra patria es un tema que supongo, ha sido tratado muchísimas veces, y en todo caso, no es el tema de este artículo. Pero la copia entra en el sentido de que, a raíz de una copia del original, nuestro "querido" profesor jefe nos advirtió de un concurso de cuentos de cien palabras dedicado al Instituto Nacional, y como "genial" idea, todo el curso debía escribir un cuento. En realidad pensaba escribir algo dedicado a las frenéticas pichangas de 5 minutos en el Patio de Honor dónde ignoro como lo hacen para jugar como 10 partidos a la vez, pero lo hacen. Sin embargo, no me resultó. Apremiado por el tiempo, recurrí al material que tenía más cercano, y resultó este engendro. Disfrutadlo.

"El lado oscuro de la fuerza"

- Comiencen. Quien termina se va.

Hoja de oficio en las manos y su rostro socarrón en un rincón para recordarnos que él tenía el poder. Tres preguntas, cuatro líneas para responder cada una; aquel individuo había reducido las espadas de nuestros bolígrafos a nada, sólo nos dejaba un golpe. Touché o nada.

Paseaba a nuestro alrededor mientras la tensión se apoderaba de nuestros rostros. Al sentarse, de sus labios resonaron los compases de Star Wars. Y entonces, algunos vimos volverse negra su capa azul, transfigurarse su rostro, y supimos que teníamos enfrente al lado oscuro de la Fuerza.

Saludos.

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.

miércoles, junio 15, 2005

Ley de Financiamiento Universitario comentada.

Como lo prometí en el fotolog, y con un día de atraso (me disculparán, pero no he tenido buenos días, y pues llevo un poco de atraso en todos mis asuntos), voy a comentar ahora la famosa Ley de Financiamiento Universitario y tratar de explicarla un poco. No pretendo dar cátedra ni mucho menos, pero sí dar mi impresión particular después de leerla. Por motivos de tiempo, y porque no lo considero necesario, no pondré la Ley entera en este artículo; sino que comentaré sólo algunos artículos que me parecen más conflictivos, y luego haré el comentario respectivo en torno a ellos. Sin embargo, yo tengo el texto completo de la ley (cortesía de la srta. Eliza) y se los puedo enviar. Me lo pueden pedir a mis mails, o dejando un comentario aquí, o hablándome en el MSN.

Bien, comencemos:

Artículo 2º.- El Estado, por intermedio del Fisco, garantizará los créditos destinados a financiar estudios de educación superior, siempre que éstos hayan sido concedidos en conformidad con las normas de esta ley y su reglamento. El monto garantizado por el Estado en cada año, no podrá exceder el máximo de recursos que determine la Ley de Presupuestos respectiva. Los créditos objeto de garantía estatal no podrán ser otorgados por el Fisco.

Bien. A partir de esto, el Estado, que en asuntos financieros se denomina Fisco, se erige como garante de todos estos créditos conseguidos; responde por ellos como aval. Pero no son créditos que él otorgue. Como veremos en un artículo posterior, estos créditos son entregados por instituciones privadas.

Artículo 5º.- En el caso de los créditos titularizados, para acceder a la garantía estatal de la que trata esta ley deberán sujetarse a las siguientes reglas:

1.- El Fisco podrá adquirir los créditos destinados al financiamiento de estudios de Educación Superior, cualquiera sea la institución que los haya otorgado, para su venta a terceros, ofreciéndolos en las condiciones y con el procedimiento que determine el reglamento.

Esto quiere decir que, la deuda de cada cual, en paquetes (como se explicó en el foro hecho en el IN) podrá ser transada en Bolsa y traspasada al mejor postor, por parte del Fisco, para obtener ganancias. Eso además causaría un cambio en el acreedor, y, lo que podría suceder pero no es claro, un cambio en las condiciones del crédito.

Artículo 7º.- La garantía estatal de que trata esta ley, operará sólo para créditos destinados a financiar total o parcialmente estudios de educación superior que se realicen en las instituciones que cumplan los siguientes requisitos:

1.- Que se trate de alguna de las instituciones contempladas en las letras a), b) y c) del artículo 29 de la ley N° 18.962, Orgánica Constitucional de Enseñanza;
2.- Que se encuentren reconocidas oficialmente por el Estado;

3.- Que sean autónomas;

4.- Que seleccionen sus alumnos de primer año considerando el puntaje obtenido por ellos en la Prueba de Selección Universitaria (P.S.U.), cuando proceda;

5.- Que se encuentren acreditadas en conformidad con el sistema de aseguramiento de calidad que establezca la ley;

6.- Que participen en la Comisión Administradora del Sistema de Créditos para Estudios Superiores indicada en el Capítulo II de esta ley, en la forma señalada en el artículo 26, y

7.- Que utilicen el aporte fiscal indirecto contemplado en el artículo 3º del decreto con fuerza de ley Nº 4, de 1981, exclusivamente para fines de desarrollo institucional.

A partir de esto, a este sistema de crédito podrían acceder los postulantes y estudiantes de las universidades tradicionales, la mayoría de las universidades privadas, institutos profesionales y centros de formación técnica, y los de las escuelas matrices de las Fuerzas Armadas. Punto a destacar es el 7, ya que debido a la precaria situación económica de las universidades públicas, ignoro si cumplen con esa condición, y a la vez, esta condición les limita en sus posibilidades de pagar sus deudas, y si eligen pagarlas con parte de ese dinero, entonces sus alumnos no podrían acceder a este crédito.

Artículo 8º.- Asimismo la garantía del Estado será aplicable a créditos destinados a financiar estudios de nivel superior en las instituciones señaladas en el inciso tercero del artículo 72 de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza. Para estos efectos, serán exigibles a dichas instituciones los requisitos contemplados en los números 4 y 5 del artículo 7º de esta ley.

En todas las otras materias operarán las mismas condiciones, requisitos, plazos y demás exigencias para acceder a la garantía del Estado.

Las disposiciones de la presente ley no modifican de manera alguna el sistema de crédito solidario establecido en la ley Nº19.287 y sus modificaciones.

A partir de esto entonces se cuenta con la situación de que el sistema de Fondo Solidario tan criticado seguirá funcionando y siendo una opción. Ahora bien, sólo se establece que seguirá funcionando, y perfectamente se podría ir reduciendo el acceso a él y los montos que se le otorgan, sin caer por ello en ilegalidad. Lo que se garantiza es sólo la continuidad del sistema como sistema.

Artículo 10.- Entre los estudiantes que reúnan los requisitos académicos para postular a créditos regulados por esta ley se dará preferencia en la adjudicación de la garantía estatal a aquellos alumnos cuyas condiciones socioeconómicas y las de su grupo familiar sean menos favorables.

Asimismo, entre estudiantes que presenten condiciones socioeconómicas similares, tendrán preferencia aquellos que sean titulares de un plan de ahorro de los señalados en el Capítulo III de esta ley, siempre que dicho plan tenga una antigüedad de, a lo menos, 24 meses al momento de solicitar el crédito.

El reglamento señalará las modalidades, exigencias y demás normas necesarias para determinar las mencionadas preferencias.

Si el ministro decía que no había necesidad de tener ahorro previo, aquí se demuestra para qué este ahorro previo sirve. Dos individuos, postulando al crédito, similar condición socioeconómica. Uno tiene ahorro, ahorro que además debe cumplir con las condiciones que aparecen allí; el otro no. El que tiene ahorro se queda con el crédito. Además, como elemento para juzgar entre ellos no aparece el rendimiento académico.

Artículo 11.- Los créditos objeto de garantía estatal deberán contar con seguros de desgravamen e invalidez, en la forma y condiciones determinadas por el reglamento.

No se podrá exigir a los créditos y bonos que cuenten con garantía estatal la constitución de garantías adicionales a las que establece esta ley.

No se establece entonces un seguro de cesantía para este sistema. En caso de cesantía, que no deja de ser un caso común, considerando el inestable mercado laboral chileno, correrá lo establecido en el artículo 13.

Artículo 12.- Los créditos objeto de garantía estatal no serán exigibles antes de dieciocho meses contados desde la fecha referencial de término del plan de estudios correspondiente, la que se determinará de acuerdo al procedimiento que fije el reglamento.

La garantía estatal subsistirá cualesquiera sean los cambios de acreedor que se produzcan entre la fecha de su constitución y el momento en que se haga efectiva.

El plazo para comenzar a pagar la deuda se reduce, si comparamos con la situación del Fondo Solidario. Además, se establece que se pagará 18 meses luego de “la fecha referencial de término del plan de estudios”. ¿Cuál es esa fecha? ¿La titulación? ¿La qué establece la malla curricular? Y por cierto, que pasa con los alumnos que hayan tenido demoras en su tesis, o bien no puedan pagar los exámenes finales, o cualquier situación que cause retraso en esa fecha… Perfectamente podría darse la situación de que el alumno siguiera en la casa de estudios, en su fase final, y ya tuviera que empezar a pagar.

Artículo 13 - La obligación de pago podrá suspenderse temporalmente, total o parcialmente, en caso de incapacidad de pago, producto de cesantía sobreviniente del deudor, debidamente calificada por la Comisión, la que deberá adicionalmente considerar el ingreso familiar del deudor en la forma y condiciones que determine el reglamento.

En cualquier caso, las cuotas impagas del deudor, sea por cesantía o cualquier otra causal, no prescribirán, debiendo el Estado proceder al cobro de las mismas hasta la total extinción de la deuda, utilizando para ello los mecanismos establecidos en el Título V.

Aquí tenemos la situación que ocurrirá en el caso de cesantía. La Comisión que se formará deberá determinar la calidad de cesante y una suspensión en el pago de la deuda. Ninguna posibilidad de condonación, en todo caso, si leemos el segundo párrafo del artículo. Además, el primer párrafo deja entrever que si los recursos de la familia dan para pagar la deuda, no se suspenderá el pago de esta.

Aquellas instituciones de educación superior cuyos egresados presenten porcentajes de incumplimiento con respecto a las cuotas inicialmente pactadas, significativamente superiores al promedio de incumplimiento del sistema de créditos regulado por la presente ley, deberán ser excluidas por la comisión del sistema de créditos con garantía estatal, para nuevos alumnos, pudiendo ésta autorizar el reingreso al sistema sólo cuando la condición se revierta. El reglamento señalará, sobre la base de criterios objetivos y públicos, el grado de incumplimiento que constituye un porcentaje significativamente superior al promedio.

Asimismo, quedarán excluidos del sistema de créditos con garantía estatal, los nuevos alumnos de carreras impartidas por una institución cuyos egresados presenten el porcentaje de incumplimiento señalado en el inciso anterior, pudiendo reingresar al sistema sólo cuando esta condición se revierta.

¿Qué quiere decir esto? Que si los egresados de una respectiva universidad presentan niveles de no pago mayores (¿cuál es el rango exacto que establece un “significativamente”?) al promedio de todas las instituciones, se suspende el acceso al crédito para todo nuevo alumno de la universidad. Así mismo, si esta situación se produce en una carrera (como es probable que ocurra en las carreras menos rentables), también se suspenderá el acceso al crédito a los nuevos alumnos de esa carrera.

Artículo 14.-(REFERIDO A LA GARANTÍA POR DESERCIÓN ACADÉMICA) Para que opere la garantía estatal a que se refiere esta ley, las instituciones de educación superior, por sí o a través de terceros, deberán garantizar el riesgo de deserción académica del alumno, a través de un instrumento financiero que sea aprobado por la Comisión, conforme lo que establezca el Reglamento…

Se entenderá por deserción académica, el abandono del alumno de sus estudios, en los términos del inciso cuarto del artículo 9º.

La garantía por deserción académica deberá cubrir hasta el 90% del capital más los intereses de los créditos otorgados a los alumnos de primer año, hasta un 70% del capital más los intereses de los créditos otorgados a alumnos de segundo año, y hasta un 60% del capital más los intereses de los créditos otorgados a los alumnos de tercer año en adelante. En aquellos casos en que la garantía por deserción académica otorgada por las instituciones sea inferior al 90% del capital más los intereses del crédito otorgado, corresponderá al Fisco complementar la diferencia.

El evento de deserción académica hará exigible, desde ese momento, las obligaciones del estudiante y habilitará a la institución acreedora respectiva a hacer efectiva la garantía de la institución y del Estado señaladas en el inciso anterior, sin perjuicio del derecho de la institución de educación superior para proceder al cobro del crédito utilizando los mecanismos establecidos en el Título V de esta ley, así como las normas generales que rigen los procedimientos de cobro de los pagarés. Los recursos provenientes de este cobro se repartirán entre la institución de educación superior y el Fisco en la misma proporción en que fueron pagadas las garantías asociadas a este crédito, todo esto conforme a lo que establezca el reglamento…

Las instituciones de educación superior deberán hacer pública anualmente su decisión de participar o no en este sistema de crédito, debiendo informar, además, el número de postulantes que garantizarán y los requisitos académicos que exigirán, los cuales en ningún caso podrán ser inferiores a los contemplados en el sistema general.

Además de la garantía estatal se establece que las instituciones deben garantizar los créditos de sus estudiantes por si estos desertan. Esto pone en una situación difícil a las universidades públicas, que dudo que cuenten con recursos para garantizar muchos créditos. Por ende, es probable que este sistema de crédito, conociendo la situación financiera de muchas de las universidades públicas, quede muy limitado o se cierre a estas.

Artículo 15 - En el caso de que una institución de educación superior incumpla el pago de sus obligaciones por garantía académica, quedará excluida del sistema de créditos con garantía estatal hasta que se ponga al día en la manera que lo estipule el reglamento, sin perjuicio de las acciones legales que corresponda.

Sólo ratifica lo que ya veíamos en el artículo anterior.

Artículo 16.- La garantía estatal sólo podrá otorgarse a créditos cuyo deudor otorgue un mandato especial, delegable e irrevocable, facultando a la institución crediticia respectiva para que ésta requiera a su empleador, por escrito, efectuar la deducción de sus remuneraciones de las cuotas del crédito. Dichos descuentos deberán efectuarse en conformidad con los límites dispuestos en el inciso segundo del artículo 58 del Código del Trabajo…

Se establece en este artículo que el medio de pago será el descuento al sueldo del deudor. Y a la vez, se explicitan las sanciones e intereses a pagar en el caso de que el empleador incumpla con este pago.

Artículo 17.- La Tesorería General de la República podrá retener de la devolución de impuestos a la renta que le correspondiese anualmente al deudor de crédito garantizado en conformidad a esta ley, los montos que se encontraren impagos según lo informado por la entidad crediticia acreedora en la forma que establezca el reglamento, e imputar dicho monto al pago de la mencionada deuda.

Los dineros que por este concepto retenga la Tesorería General de la República deberán ser girados por dicho organismo a favor de la entidad acreedora del respectivo crédito.

Si el monto de la devolución de impuestos fuere inferior a la cantidad adeudada, subsistirá la obligación del deudor por el saldo insoluto…

Se mantiene esta regla aplicada recientemente a los deudores del Fondo Solidario. En caso de que el no pago se deba a incumplimiento del empleador, se considerará deuda del empleador y se aplicará lo que se establece en el artículo 16.

Artículo 20.- La Comisión Administradora del Sistema de Créditos para Estudios Superiores, en adelante "la Comisión", gozará de personalidad jurídica y patrimonio propio, formado mediante los aportes a que se refiere el artículo 25.

Artículo 21.- La Comisión estará integrada por:

1.- El Ministro de Educación, quien la presidirá;

2.- El Director de Presupuestos del Ministerio de Hacienda;

3.- El Tesorero General de la República;

4.- El Vicepresidente Ejecutivo de la Corporación de Fomento de la Producción, y

5.- Tres representantes de las instituciones de educación superior indicadas en artículo 7º, número 1, de esta ley que cumplan con las obligaciones establecidas en los artículos 25 y 26, los que serán elegidos por éstas de acuerdo al procedimiento que determine el reglamento, debiendo, en todo caso, representar uno a los institutos profesionales o a los centros de formación técnica incorporados al sistema de financiamiento establecido en esta ley…

Aunque no es explícito, la posibilidad de que los estudiantes estén representados en esta Comisión es casi nula.

Artículo 22.- Corresponderá a la Comisión:

1.- Definir y evaluar políticas para el desarrollo e implementación de instrumentos de financiamiento para estudios de educación superior; celebrar los convenios con entidades públicas o privadas, nacionales o extranjeras, necesarios para su puesta en marcha; y proponer las modificaciones legales que éstos requieran.

2.- Definir y evaluar las políticas de créditos de estudios de educación superior con garantía estatal.

Para estos efectos, la Comisión podrá priorizar el acceso de carreras al sistema de créditos con garantía estatal, teniendo en consideración información sobre condiciones de empleo y remuneraciones de los profesionales egresados de la carrera correspondiente…

El punto 2 cierra aún más las posibilidades de acceder al crédito a la gente que esté estudiando carreras no rentables. La Comisión perfectamente podría reducir el acceso al crédito a las carreras donde se pague menos y donde sea más difícil conseguir empleo.

9.- Velar por la sustentabilidad del sistema de créditos con garantía estatal para estudios de educación superior a través de su financiamiento en el mercado de capitales.

10.- Celebrar convenios con otras entidades, públicas o privadas, para que éstas otorguen, administren y cobren los créditos de educación superior con garantía estatal.

11.- Celebrar convenios con otras entidades, públicas o privadas, para que éstas compren y vendan créditos estudiantiles con el objeto de realizar operaciones de estructuración financiera que permitan el re-financiamiento de los créditos para estudios de educación superior…

O sea, las deudas podrán ser transadas en Bolsa (como creo haber adelantado anteriormente), a su vez, el otorgamiento de la deuda, administración y cobranza estarán en manos de privados, y tu deuda podrá ser traspasada a otros privados que se interesen en comprarla.

Artículo 39.- Para percibir el subsidio fiscal, el titular deberá acreditar el cumplimiento de los siguientes requisitos:

1.- Que el plan de ahorro tenga una antigüedad de al menos 24 meses anteriores a la fecha en que corresponda recibir el subsidio.

2.- Que el plan de ahorro disponga de fondos por al menos 60 unidades de fomento al momento en que se efectúe el primer pago de aranceles y matrícula de estudio de educación superior de pregrado. Tratándose de estudios conducentes a un Título Técnico de Nivel Superior, los fondos acumulados en el plan deberán ser no menos de 30 unidades de fomento.

3.- Tener un ingreso familiar per cápita promedio mensual inferior o igual a 7,0 unidades de fomento, en los 12 meses anteriores a la fecha de inicio del pago de aranceles y matrícula de estudio de educación superior de pregrado.


Esta ley establece y regula los sistemas de ahorro para la educación superior (como ocurre en Estados Unidos, por ejemplo), y a la vez un subsidio estatal a estos, siempre que cumplan con las condiciones que vemos aquí. 60 UF son poco más de un millón de pesos, en la actualidad, y 7 UF, aproximadamente 120 mil pesos.

Artículo 40.- El subsidio fiscal a que se refieren los artículos anteriores será equivalente al 300% del monto que, por concepto de intereses reales, hayan obtenido los fondos, desde el momento de su depósito en un plan de ahorro a que se refiere el Capítulo III de esta ley, y hasta el momento en que los fondos del plan de ahorro se destinen por completo al pago de aranceles y matrículas a la institución de educación superior que curse el titular.

En caso que el titular acredite un ingreso familiar per cápita mensual entre 7,0 unidades de fomento y 12,6 unidades de fomento, el subsidio fiscal será equivalente a los dos tercios del subsidio señalado en el inciso anterior…

Pero este subsidio es “a los intereses obtenidos por los fondos”, no a la cantidad de fondos total. Actualmente los intereses obtenidos por las cuentas de ahorro, que son instrumentos de renta fija, son muy bajas.

Artículo 42.- En caso que el beneficiario ponga término a sus estudios de educación superior de pregrado, por abandono de la carrera que se encontrare cursando, el monto por concepto de subsidio fiscal que le correspondiere y que estuviere pendiente de pago, quedará sin efecto, debiendo reintegrase al Fisco el remanente en los casos que correspondiere, en la forma que determine el reglamento.

Artículo 43.- El subsidio fiscal tendrá un tope de 50 unidades de fomento por cada titular de plan de ahorro en caso que el titular acredite un ingreso familiar per cápita mensual menor o igual a 7,0 unidades de fomento, y un tope de 25 unidades de fomento por cada titular de plan de ahorro en caso de que éste acredite un ingreso familiar per cápita entre 7,0 y 12,6 unidades de fomento.

Actualmente 50 UF es una cifra cercana a los 850 mil pesos. Así mismo, en casos que no quedan claros, si se deja de estudiar, habría que devolverle ese dinero al Fisco.


Bien, espero sus comentarios, y con esto ayudar un poco más a entender el motivo de tanto conflicto. Les recuerdo que si necesitan el texto integral de la ley me lo pueden solicitar. Mis mails aparecen en el costado izquierdo del Blog.

Saludos.

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.

lunes, mayo 16, 2005

Tirantes relaciones diplomáticas.

La obra escrita, refiriéndome exclusivamente a mis intentos de escribir, pasa por una crisis. Y más la poesía que la prosa en realidad; aunque es un todo el estado, ya, lo admito, no crítico, pero si preocupante. Hay ideas, sé que si me sentara a hacerlo podría escribir mucho, pero ese es precisamente el problema: No soy capaz de sentarme a escribir, a hacerlo en serio, concentrado quizás escuchando al señor Moz tal como ahora, pero a escribir... A nada más que eso.

Sé que no es lo único que importa... Pero sé también que está latiendo allí dentro mio, y yo no lo dejo fluír. La represión aplicada nuevamente; y creo que no todas mis ideas escribibles salen de la mala conciencia.

Pero como no todo es nada, hay algo. "Tirantes relaciones diplomáticas", para ver si algún día me siento más orgulloso de mis versos. (Aunque un par de poemas si merecen que hinche el pecho por ellos)

He caído en cuenta del detalle
del nombramiento de mi nombre
que haces al vernos.
Y de que yo no recurro
al mantra de recitar
las nueve letras de tu recuerdo.

Recuerdo de vernos.
Buscando tu rostro y tus cabellos
más de una mañana me sorprendo.
Y no estás. Y no te
encuentro. Y tampoco te espero.
Ahora sé que podías ser más esquiva.

Y que podía yo seguir queriendo
la leve tibieza de tu presencia,
la delgada compañía de tu silencio.
No es lo mismo; no somo
los mismos. El deseo de tu
ausencia presente, permanece.

Sabía yo que eras distante,
pero siempre se puede sentir más fuerte.
Mis ojos ya no están sólo en
esa esquina, pero siguen mirándola.
Incompleto, incompleto, aún más
que antes está el rompecabezas.

Terminé por darme cuenta
de la pérdida de algunas piezas.
Los lazos que unen los cabellos
a través de nuestras ventanas altas
caen por momentos en el abandono
de los cables del telégrafo.

Y sé. Y quiero y sé,
que no caminé para desandar.
Que los gestos, las palabras,
eran conquistadoras; mas no
sólo de un sueño de amor.
Buscaban algo distinto.

Me pregunto si podré decir
que poseo una embajada
en tu nación a veces amable
pero siempre tan lejana.

(La rima salió casi de casualidad... El título, sí, bien contemporáneo.)

Saludos.

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.
"Como la flor que se niega a marchitar."

lunes, mayo 02, 2005

Primero de Mayo.

1 de mayo. Día del Trabajo; de los trabajadores, supuestamente. Día de marcha y disturbios, todos los años. Y la noche anterior recibo una llamada de mi querido padre "invitándome" a ir al acto con él. Mi cama me susurraba desde mi cuarto que me quedara con ella hasta tarde. Mis mugidos de vaca depresiva daban cuenta de que no había mucho ánimo manifestante en mi. Y sin embargo, le dije que iría.

Desperté temprano, pero me di cuenta que me había quedado dormido sobre la cama y tenía mucho frío, así que me acurruqué sobre la cama y volví a dormir. Como resultado, desperté pasado las diez. Tarde. Pero nunca tanto. Comencé a ponerme en actividad, y luego de que mi padre me aclarara que habíamos quedado de juntarnos a las once treinta y no a las once, terminé de arreglarme y partí al centro. La micro no demoró en pasar y marchó veloz a través de avenida Independencia. Al llegar a Balmaceda, temí que hubiese un desvío y fuera yo a dar a avenida Brasil. Pero la micro marchó tranquilamente por Teatinos. Hasta que en Moneda la desviaron hacia el poniente y me bajé.

Pude haber alcanzado la Alameda vía Amunategui, pero retrocedí y caminé hacia la cortada Teatinos. Empecé a caminar, y me di cuenta que no había nadie más en toda la cuadra, salvo un carabinero paseando y un mendigo. Me sentí extraño, y a mi cabeza se vino el episodio histórico de cuando Merino, Leigh y Stange caminaron en soledad hacia La Moneda el 5 de octubre del 88. Con un extraño gustito seguí caminando, y al acercarme a la Alameda pude ver que toda la entrada a Teatinos estaba vallada. Cómo pasar fue la pregunta que se me vino a la mente. Unas abuelas se acercaron a hablarle a los carabineros de las vallas, y pude ver que había un pequeño boquete entre ellas. Las abuelas se fueron poco antes de que alcanzara la esquina, y me disponía a pedir permiso (desconozco que palabras hubiera usado, y me da risa pensarlo) cuando uno de los carabineros le dice a otro que se aparte para dejarme pasar. Muevo levemente la cabeza y sonrío. Mi padre está a un par de metros, mirando hacia el poniente. Lo abrazo, nos saludamos, y empezamos a caminar en dirección Los Héroes. Estamos en eso cuando un grupo de carabineros sale desde el costado del Burger King a media cuadra entre Teatinos y Amunátegui. Recuerda Eduardo, es día de protesta.

Desde allí comienza a verse gente, en grupos relativamente dispersos. Por los altavoces habla Arturo Martinez, presidente de la CUT. Yo y mi padre recordamos entonces aquella vez en que me llevó a uno de los actos cuando se realizaban en avenida General Velásquez. Tengo difusos recuerdos, pero recuerdo que eran actos muy masivos, a la cresta del mundo, y que quedaba la escoba. A poco andar comenzamos a encontrarnos con el comercio. Todo un "mercado de lo alternativo" (libros marxistas, música de izquierda, películas, chapitas, banderas) conviviendo con las actividades comerciales de siempre (sanguches de potito, bebidas, helados) y la repartición de cantidades industriales de volantes en plena Alameda. Mi padre pregunta por "Vampiros en La Habana II". Cinco lucas. Vemos "El acorazado Potemkin" un par de veces, y unos discos de Serrat que me tientan. Martinez habla de que basta a la exclusión y convoca a una marcha a Valparaíso, mientras nosotros vemos que hay unas diez mil personas "a ojímetro", que los grupos de gente siguen estando dispersos, y seguimos caminando hacia el escenario.

El discurso finaliza. "Muy corto", acota mi padre. Ni comparar con el fallecido Manuel Bustos (un decé de aquellos...), supongo. Un par de locutores improvisados se dirigen a la gente, y uno de ellos dice que están llenando la Alameda hasta Miraflores. Lo miro escéptico. Mentira, decía Buddy Richard. Continúo observando a la gente. Muchos viejos, muchos comunistas, mucho cabro con pinta de punky o anarco. Miro también tratando de encontrar la leonina cabellera de la "compañera" Ninón, pero sus inconfundibles rulos no se ven. Conseguimos llegar bastante adelante, cerca de un muro. Anunciada estaba ya la salida del mítico Álvaro Henríquez, cuando caigo en cuenta que estamos al lado de un buen lote de anarcos. Propongo movilización hacia el lado del bandejón. Moción aceptada, mientras mi padre acota que muchos de la "Jota" se están retirando, y eso no es buen presagio. Nos instalamos sobre el bandejón, y vemos el escenario entre un par de árboles. Pasan los vendedores ofreciendo "Cristal" en lata, los que están atrás nuestro beben una cerveza de litro, y sale Álvaro Henríquez a tocar. Suena "Un hombre muerto en el ring". Genial.

Le siguen "Hospital" y "Amada". Las canto todas. El público reacciona con tibieza; aparte que la gente que está cerca del escenario no es mucha, y no son pocos los que se están retirando. Álvaro Henríquez habla con la gente, y con bromas como que los guanacos vendrán con pisco y Coca Cola, consigue un poco más de atención. Luego se va con las cuecas, y ahí el "monstruo" se enciende. Genial escucharlo en vivo, aparte que el sonido está muy bueno. La gente baila y canta, las cervezas siguen circulando, Álvaro Henríquez saluda a los trabajadores y a los bebedores, y nada pasa por el momento. Los otros músicos también lo hacen muy bien. Y luego de las cuecas "La torre de Babel" para seguir cantando.

Aplausos y más aplausos para el señor Álvaro Henríquez, que está allí arriba del escenario y de la Autopista Central. Y que nos anuncia que le acompañará en el escenario Max Berrú (Inti Illimani) para una canción. Canción que es obvia. La hora de esa grandiosa versión de "El pueblo unido". De pie, cantar, que vamos a triunfar. Se alzan las manos y las voces en la calle, y en el escenario, el estereofónico y eléctrico Henríquez se une al marcial y setentero Berrú. ¡El pueblo, unido, jamás será vencido!, y una extraña sensación de alegría, esperanza, fortaleza, y de que después podría quedar la cagada. Acaban la canción. Aplausos y gritos. Y Álvaro Henríquez no se va. Anuncia que "La primera vez" será su última canción. Y el tipo, ingenioso, innova en la letra y canta "nunca he deseado mal a nadie. Sólo a... Pinochet. Nunca he deseado mal a nadie. Esta es mi... primera vez."

Segundos después de eso, gran ruido y mucha gente provienen del oriente, y las miradas se dirigen hacia allá. El guanaco ha entrado en acción, señores. Con mi padre bajamos hacia la calzada norte, cuando Álvaro Henríquez pregunta si vienen los pacos. ¡Sí, hueón! El guanaco corre furioso por la acera sur, y Álvaro Henríquez comienza a cantar "¡aquí estamos otra vez, aquí estamos otra vez!". Los que estamos cerca del escenario le seguimos, mientras observamos los disturbios en la acera sur, donde vuelan los palos y las piedras. ¡El guanaco, el guanaco! desde el escenario, donde Henríquez y sus músicos siguen. Se va aquel carro, pero otros se aproximan por San Martín y por la calzada sur, señal de que está quedando la escoba. Henríquez se mimetiza a la realidad, se prende, y empieza "¡que vengan, que vengan, que nadie los detenga!" y "¡miedo nunca más, miedo nunca más!" Un guanaco está subido sobre el bandejón, la gente corre hacia el lado del escenario, y nosotros seguimos en el canto al que se robaría la jornada. El guanaco del bandejón se retira, continúa el despelote, un carro pequeño corre lanzando agua por el otro lado, y Henríquez azuza directamente a la gente. Improvisando sobre la marcha, y con sus músicos que no paran, canta con voz tranquila. Si nos mojan, los mojamos. Si nos pegan, les pegamos. Si nos llevan, los vomitamos. Entre risa, miedo y confusión, surge el apoyo con las palmas.

Álvaro Henríquez sigue con la música, y poco a poco comienza a haber calma en las cercanías del escenario. Es así como Henríquez habla de que los ácidos de los pacos están vencidos, como de que los guanacos traen pisco y ginger ale, desatando la risotada. Luego llama a los que lanzan piedras a los edificios a lanzarlas directamente a los carabineros. Es encaramados ya derechamente sobre la vereda norte y en ese ambiente de relativa paz, cuando a un par de metros veo pasar a una guapa muchacha de la mano de un individuo de torso desnudo. Baja, de pelo largo y ojos claros, con una blusa clara y escotada que permitía adivinar más que ocultar. Sinapsis cerebral en breves partes de segundo, y me doy cuenta de que puede ser la Khris; amiga mía. Le digo a mi padre que me espere y me apresuro en alcanzarla, no muy seguro de que sea. Le golpeo el hombro, se da vuelta, y es. La abrazo y me saluda. De la mano del pololo iba, el que también me saluda. Me pregunta con quien estoy y le digo que con mi padre. Se acerca conmigo a saludarlo y tratamos de conversar entre la música y los disturbios lejanos. "¡Miedo nunca más!" vuelve a decir Henríquez, pero la cosa parece haberse calmado y se retira, ofreciéndose a volver si regresan los pacos. Con Khris conseguimos cruzar algunas palabras más mientras se le pide otra a Henríquez. Está en aquello, cuando el guanaco se viene por la vereda norte, junto con mucha gente corriendo. Khris y su pololo se alejan, mientras yo y mi padre nos aproximamos a la calle colindante. Pasa el riesgo, veo a ambos partir hacia otro lado, nosotros seguimos allí, y Álvaro Henríquez sigue cantando. Entonces mi padre divisa a alguien. "Pepe" Sabat, dirigente secundario (sale en la película) en la dictadura, dirigente de la JDC junto con mi padre y dirigente palestino. Le saludamos. Ahora puede decirse que había tres decés en el acto. Si me incluyen. Nuevo ataque auquénido-metálico en el otro lado de la calle, y Henríquez hace cantar a la gente "Amor violento". Resulta nada más bizarro escucharse cantando "Cuando por primera vez te vi...", recordar a la Rayén, y ver que a unos metros vuelan molotovs, y peñascazos. No me importa; canto igual. Calma nuevamente, y mi padre y él hablan de los viejos tiempos, cuando se viene la estampida definitiva. Guanaco indetenible directo al prosenio. La cosa se ha desbordado y la huída es general hacia la caletera de la Autopista. Henríquez responde tocando una cumbia. Me río violentamente. Desde allí seguímos mirándolo cuando le cortan la energía. Pifias en medio del ruido de las piedras y los guanacos. Le devuelven la energía, pero sólo un minuto. Le cortan, y sigue sobre el escenario, a capella. Finalmente se saca la guitarra y se va, entre lejanos aplausos...

Mi padre, yo, y el señor Sabat caminamos hacia el centro. Las calles parecen vacías y yo no puedo contener la risa. Un piquete de fuerzas especiales en medio de la caletera, de pronto. Oh, oh. No pasa nada; los suben a un bus y se van. Pasamos frente a La Moneda. En las afueras de "La Nación", solitaria, una cebra con cara de vaca. Mi padre asocia el calor a la inclinación terrestre afectada por el tsunami. Llegamos a Bandera. Hora de ir a Conchalí para mi y mi padre.

Caminamos por Bandera. A los pies del Banco Santander, un grupo de aseadores. "Ahí están los trabajadores", dice mi padre. Sí, ahí están, "en otra", para ser simples. Mi padre pretende irse por Panamericana. Me opongo. Por Agustinas atraviesa una especie de Viejo Pascuero con una bandera socialista. Viene una micro que va por Independencia. Mejor subirse, antes que pasen más cosas raras.


S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.
"Como la flor que se niega a marchitar."

lunes, abril 18, 2005

Sabina.

Una foto de Sabina.

Porque abril... Porque a abril aún le tienen hurtada la cartera de las felicidades.




Saludos.

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.
"Como la flor que se niega a marchitar."

domingo, abril 17, 2005

Trabajos en la ruta.

Desde el verano, y en una tónica que presentan todas las principales avenidas de esta ciudad, avenida Independencia; mi vía de comunicación con gran parte del resto de la ciudad, y en realidad la salida de la mayoría de los conchalinos, había estado con trabajos de repavimentación. Sí, en realidad podemos decir con certeza que eso se hizo, porque hay que admitir que esta vez sí sacaron el pavimento anterior y recarpetearon (creo que ese es el término a usar) por completo. Trabajos que comenzaron a hacerse notar duramente durante febrero, primero con el desvío de las micros hacia Vivaceta, una cuadra hacia el poniente; y luego con la disminución de pistas en la parte final de la avenida, dónde sólo tiene sentido hacia el sur. De hecho, mi amigo Felipe podrá recordar que el día anterior al comienzo de clases mi cara se volvió pálida al ver que en ese sector se armaba un taco descomunal que me obligaría (pensaba mi mente melodramático-barata) a tomar micro a las 6 AM...

En realidad, al día siguiente, muy muy temprano, salí a tomar micro a Pedro Fontova, "atrás". (cosa que no me gusta, pero era la situación de la emergencia) Y llegué terriblemente temprano al Instituto Nacional. En realidad debo decir que, salvó un día (día que la señorita del otro lado del río también en la micro iba) que derechamente un corte que debió haber sido hecho en cualquier otro momento fue hecho a las 7 AM y provocó el caos, ningún día me demoré significativamente más de lo de siempre. Aunque igual tenía sus cosas distintas el método de agarrar transporte.

De partida, lo extraño de ver que por la querida Independencia, que en la parte donde yo vivo tiene aspecto de avenida principal de pueblo: Arbolada, estrecha, y llena de construcciones pequeñas; los vehículos sólo fueran hacia un lado. Luego llegar a la esquina de Teniente Ponce, y ver si alguna micro venía desde allí. Si no, comenzar a caminar hacia Vivaceta (dejé a los pocos días de ir a tomar micro a Pedro Fontova). Allí esperar, junto a otra gente, a que algo relativamente vacío viniera. Con los ojos hacia dos lados, porque si algo venía desde Teniente Ponce, había que tomarlo. Y yo de repente con los ojos hacia tres lados. Podría venir alguien a quien saludar tras mi espalda. Y el recorrido era distinto. Las micros yendo por Vivaceta recorrían el viejo Registro Civil, la panadería Roma, donde mi abuela cuando mi madre era pequeña iba a comprar pan, el Hipódromo Chile, dónde desde muy temprano los caballos son preparados y hechos entrenar... Y desde donde, a lo lejos, se distinguía como una especie de templo católico en Goa, la Parroquia de Fátima, dónde al menos (haciendo una estimación al ojo) un 10% de los pasajeros que van en las micros que pasan frente a ella, se persignan. (Particularidad que al parecer sólo se da en los templos de esta avenida... ¿Me equivoco? Si alguien tiene algún dato, me corrige)

Y así hemos estado funcionando. Y uno, animal de costumbres, se acostumbra a aquello.

Pero ayer abrieron avenida Independencia, y ya hoy las micros volvían a pasar por allí. Aunque no faltaban los micreros despistados que se iban por Vivaceta. Es que ya lo han pavimentado casi todo, y ahora los trabajos se concentrarán más que nada en El Cortijo, y en los trabajos "accesorios", como instalar paraderos y eso.

Y yo no sé si la señorita compañera-de-paradero-en-las-mañanas-a-veces estará contenta por el fin de los trabajos o triste porque deberá nuevamente caminar una cuadra más. Pero lo que es yo, extrañaré un poco un trayecto al que me había acostumbrado, y que ya me agradaba.

Y, en realidad, pensándolo bien, creo que hasta salía más rápido irse por allí. Al menos para salir de Conchalí.

Así es el progreso. Tan gelatinoso como el plasma; y nada es estable salvo el cambio.

Vamos a ver cuando cambien las micros.

Después de este post tan local, me despido. Buenas noches.

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.
"Como la flor que se niega a marchitar."

sábado, abril 16, 2005

Cuentos en 100 palabras I

Mientras nuevos textos son escritos, (lo lamento, pero en más de una oportunidad me he quedado dormido... pero las ideas están, y son varias. Cosas como "Odisea Biológica", por ejemplo) pondré otros textos que tengo tirados en más de un cuaderno. Esta vez, uno de los cuentos que hice para el "Santiago en 100 palabras" 2004. No creo que vaya a aparecer en el libro, pero si pueden ir a Baquedano el viernes a eso de las 12 o las 18, agénciense uno de los 100.000 ejemplares con los 100 mejores cuentos del concurso.

Y ahora, con ustedes, "Ladrón".

Venían cerca, demasiado cerca. Y esos de rojo que intentaban servir para algo también se habían unido a la cacería. Maldición, mi única escapatoria era alcanzar aquella escalera, bajarla, y volverme un pescado más en aquella lata de sardinas celeste que era el Metro. La desesperación me hizo sortear algunos, empujar a otros, y bajar las escalas sin caer. Una vieja vendía boletos. Pagué con luca, y que se quedara el vuelto, sólo quería huír. Alcancé a subir al tren que ya partía. Cuando me calmé, la saqué del bolsillo y la abrí. Setenta lucas. Buen robo.

Motivos para reírse de (y con) este cuento:

1. No es una gran publicidad para el Metro.
2. El ladrón compra su boleto.

Saludos.

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.
"Como la flor que se niega a marchitar."

domingo, marzo 27, 2005

Cuando yo tenía 14.

Sí, digamos que no estoy en las mejores condiciones físico-mentales para escribir un artículo. Pero la aparición de un mal video de Supernova (las primeras Supernova) me ha decidido. Quizás sea una especie de retribución-comparación a quien no tuvo 14, porque los está teniendo. Cómo sea, creo que los suyos serán más interesantes que los míos. En fin. ¿Quien era yo, Poleno-Peñailo, cuando tenía 14 años?

(-Uff... Hijito, pero esho fue hache tantosh añosh...

-Tatita Eduardo, hace 3 no más.)


14 años. Por ese entonces pasé yo a Primero Medio. Aún iba en la tarde, sí señor. Pero en ese entonces ya no me iba a altas horas de la mañana a casa de mi abuela. No, eso era adentrándose aún más en mi nunca bien ponderada infancia. Sí, jamás me recuperaré de aquello. Pero bueno, colaboró excesivamente en formar el inverosimil ser que soy.

Pero recordad que la infancia no es la edad feliz que nos pretenden hacer creer. Es la etapa en que más te joden por ser distinto. Especialmente tus "queridos" compañeros.

Gracias al cielo, a los 14 ya me sentía muy a gusto en el Instituto Nacional, y podía ser extraño sin demasiada preocupación. Los extraños no eran tan mal vistos allí. Y el Partido Pastel aún estaba en pleno en un mismo curso.

Partido Pastel... Jajajaja.

Mmm... Creo que ese año me sentaba contra la pared. Aún estaba algo atrás en la sala, compartiendo los "Los Beatles". XD

Las espinillas, como la que me estoy tocando ahora, me atormentaban. Especialmente aquella muy grande que tendía a salirme en la nariz. ¿Cómo logré hacerlas desaparecer habiendo aumentado el consumo de margarina y empezando a consumir café también? Ni idea.

Iba en la tarde... O sea, salía a la hora de los quesos del IN. Y me venía con el Seba, generalmente. No logro recordar si ese año estaba aún en Quilicura o no. A veces defendíamos el asiento haciéndonos los dormidos. Al menos a mi no me ha fallado ese método. Pero generalmente yo lo daba (el asiento). Y él se enojaba por eso. Claro, y podía pasar que yo me quedara jugando Magic y salía más tarde aún. Si no era porque nos echaban, hubiera tomado la micro después de las 9 y hubiera tenido que pagar el pasaje entero.

Una vez la tomé a las 21:05. El chofer me perdonó la vida.


Me-estoy-quedando-dormido.

Continúo. Segunda Parte.


También entraba tarde... Ese año empecé a llegar atrasado, creo. (Condicional por atraso 2 años seguidos si cuento este... Menos mal que a mis padres no les importa demasiado.) Es que tenía PC con internet. O sea, si entraba a las 2... (Esto pasó muchas veces)
- 1/4 para las 1: Se apaga el PC.
- 10 para las 1: En 5 minutos arreglo mochila, lavo dientes (a veces), veo que nada esté prendido o abierto para repetir catástrofes, cierro puerta y corro... Pesco micro.
- 10 o 5 para las 1: "¡Hola Bueli!" Plato-en-mesa-esperando. Traga, Eduardo, traga. Parezco Garfield intentando comer.
- Algún momento entre las 1:10 y las 1:30: Eduardo termina de tragar, de leer el diario raudamente, y hablar un poco con la abuela respectiva. Y escuchar el regaño merecido. Corro a la micro.
- Luego de ese momento: Mientras más tarde salga, peor, porque las probabilidades de que me fuera en la 303 aumentaban. Maldita, maldita micro. Lo lento... Muy lento. Mis puños se apretaban y mi cabeza dolía. Rezando para llegar a la hora.
- 1/4 para las 2 en adelante: Si en este momento o después me hallaba en Mapocho, mal iba la cosa. Bajar de la micro y correr a Cal y Canto. En ese tiempo, la pasada de escolares sólo estaba en el lado más lejano de la estación. O sea, correr hacia allá, y luego hacer el camino en reversa, porque para el transbordo, debía tomar el primer vagón. Vaya tortura.
- 2 de la tarde: LA HORA. Puedo haber llegado salvo (no sano) al IN. Puedo venir corriendo hacia el IN. O bien, en el Metro, y ya embarré.

Es extraño... Una de mis pesadillas mas recurrentes es llegar tarde al colegio. Bien, allí empezó todo.

14 años = 2002. Odiaba la música de las Supernova, pero eran ricas (palabra que evito usar, pero al caso es la más exacta) y veía los videos igual. Claro, tiempos en que ni soñaba en hablarle a alguna niña. De hecho, no conocía ninguna de mi edad. Aunque recuerdo que miraba a algunas en la micro.

No conocía a ninguna de las que tuvieron la desgracia (¿o la suerte?) de chocar el carrito de supermercado conmigo y les sigo viendo. Ni la Khris. (A quien, -no, no es raro, Eduardo... ¿qué podrías esperar de quien no tiene ni un miserable teléfono donde retarla? pero bueno, si igual te quiere un poco- no he visto) Aunque sí conocía algunas por internet.

En esos tiempos me metía a chatear. En esos y en aquellos chats. Conocí a un par de niñas. Una lejana y una muy muy lejana.

No, no caeré tan bajo y no diré nada sobre el tema. Se puede obviar.

Cuando tenía 14 mi vida era fome, según yo. Muy fome. Demasiado. Eduardo-nada-ocurre. Y Eduardo ama que le ocurran cosas; ser sorprendido, ser encantado, ser deslumbrado. "Lo genial".

Entonces le reclamé. Él tenía el poder de hacer que ocurrieran cosas en mi vida. Porque lo que es yo, no hacía mucho.

Y llegó octubre y llegaron los 15.

Y empezaron a pasar cosas.

Y llegó diciembre.

Ah; si Dios también puede tener rostro de mujer atea y apática.

Pero eso es otro cuento, y este ha sido muy largo.


Ojalá el capullo postee... O al menos se ría.

Saludos a todos, gente.

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.
"Como la flor que se niega a marchitar."