jueves, agosto 31, 2006

La bandita de los radioescuchas.

(¿Somos los escuchas chilenos de la onda corta como la "bandita" de Magallanes?)

Santiago, 31 de agosto de 2006.

El lector que sepa de fútbol sabrá a lo que me refiero cuando hablo de "la bandita", y para el que no sabe, le explico. La referida bandita es un grupo de entusiastas que alientan al equipo de fútbol Magallanes tocando música durante todo el partido, y entregando alegría y ánimo a lances que frecuentemente (en los últimos años) sólo les devuelven tristezas, especialmente este año, que hace una semana sentenció su caída a la Tercera División del fútbol, la amateur. (Aunque no está de más aclarar que en Chile, país a medias, el amateurismo -en fútbol- es "semi-amateurismo", y al fútbol profesional le da para "semi-profesional" no más)

Guardando las proporciones de tan "sui-generis" comparación, los radioescuchas de la onda corta en Chile, quienes practicamos el "diexismo", semejamos a esta bandita de románticos. Cultivando una afición que vive más de historia y recuerdos que de presente, presente que miramos con preocupación y con nostalgia. En una cantidad que con suerte alcanza a la de las paupérrimas convocatorias del equipo albiceleste durante esta temporada(1). Sin casa; como el "manojito de claveles", porque Chile hace lustros que no cuenta con un servicio radiodifusor nacional, mucho menos en la onda corta, y los transmisores de Calera de Tango fueron vendidos a la amable, pero extranjera emisora "Voz Cristiana" (actualmente "CVC La Voz"). Sólo Radio Esperanza de Temuco mantiene una autóctona voz chilena en el éter de las ondas cortas, pero ya ni siquiera verificando los informes de recepción(2).

Triste situación si comparamos, sin ir más lejos, con nuestros vecinos de allende los Andes, a los que los hinchas del fútbol también miramos hacia arriba. (y qué paradoja que el cuadro de Magallanes sea denominado también "albiceleste") De partida los trasandinos cuentan con la fortuna de mantener viva y coleando a la RAE, Radiodifusión Argentina al Exterior, transmitiendo al mundo desde Japón a Europa. A su poderoso Grupo de Radioescuchas Argentino y sus programas "Actualidad DX" y "La Rosa de Tokio" desde este lado de la cordillera sólo podemos oponer el empeñoso Boletín de Radioescuchas de la FEDERACHI (sin olvidar el aporte valiosísimo del compatriota Francisco Rodríguez en "Frecuencia RM", pero quien emite desde Rusia, y con el respaldo de ese gigante que es "La Voz de Rusia").

Estamos, además, bastante solos ante el presente. Así como sólo los abuelos podrían recordar a Magallanes campeón de Chile, y los treintones esforzándose lograrían hacer memoria de su paso por la Copa Libertadores en 1985; así al oír hablar de "onda corta" puede que consigamos que algunos recuerden a "Escucha Chile" (donde trabajó nuestro Premio Nacional de Literatura 2006, José Miguel Varas, que fuera recordado con un sendo artículo congratulatorio de sus ex colegas de La Voz de Rusia por la ocasión), y, con suerte, algún canoso o canosa que no haya perdido mucho de memoria puede que tenga recuerdos más añosos, como "La Estación de la Alegría"(3) o el clásico llamado "Esta es la BBC de Londres". El resto, así como aquellos que creen que en Chile existen sólo dos o tres cuadros de fútbol, nos mirará con asombro.

La situación de las emisoras a nivel mundial no nos ayuda. El español ha sido dejado por muchas, como Radio Sweden o la Deutsche Welle, de las que ni memoria queda casi de que, no hace tanto, llenaban el aire por algunos minutos en nuestro idioma, cruzando el Atlántico. Para otras, como Radio Francia Internacional, dejó de ser importante transmitir a este lado del mundo. Otras, como la BBC de Londres, han perdido interés por el contacto con los escuchas de la onda corta y han apostado a otros medios; prefiriendo otras formas de difusión y manteniendo una presencia mínima en la onda corta en nuestro idioma, al igual que la Voz de América. Los motivos económicos también apremian a estas compañeras del aire, y no hace mucho vimos con pena la salida del aire de la siempre cordial (y efímera) Radio Eslovaquia Internacional.

No faltan las que han visto en la internet el medio de ahorrar en sus siempre magros recursos, y se han trasladado a ella(4) aún cuando se sepa que su audiencia suele disminuir(5). Las emisoras religiosas, y aislados ejemplos como el de La Voz de Turquía (que sólo emite en español para Europa, todavía) y el renacido Canal Internacional de Radio Nacional de Venezuela, dan algo de esperanza, junto con el puñado de emisoras OC latinoamericanas, tanto las grandes gubernamentales (el ejemplo más obvio es Radio Habana Cuba), como aquellas pequeñas que se mantienen en estas ondas debido a que son la mejor manera de difundirse en sus medios.

El futuro nos da algunas esperanzas, como la Digital Radio Mondiale, que prometen dar nuevos bríos a las transmisiones radiales a largas distancias. Esperamos que la promesa no termine decepcionándonos como a los carabelesros la Sociedad Anónima, y que sea el apoyo que necesitamos.

Sin embargo, ante este panorama, los radioescuchas criollos hacemos lo que mejor podemos hacer. Inventamos tiempo para dárselo a estas voces lejanas y oírlas. Enviamos correos electrónicos y cartas por todo el mundo con el único fin de decir "les hemos escuchado; su labor tiene sentido". Estamos atentos a cada servicio que amenaza con cerrar, y nos alegramos por cada redacción que logra arrancar algunos dólares más al presupuesto para seguir en el aire...

Y si sólo esto podemos hacer, entonces una última cosa podemos decir. En nuestra labor de escucha, seremos como "la bandita": tocaremos hasta que el partido se acabe. Seguiremos a las ondas y a las radios como ellos seguirían a su equipo aunque juegue en un potrero. Y aunque ya no hubiera una radio más en la onda corta -así como ellos se pondrían sus camisetas y saldrían a pichanguear como los más aficionados- quizás alguno de nosotros se lanzaría a transmitir como lo hacían los europeos cuando el estado tenía el monopolio de las emisiones.

Los radioescuchas no están muertos, y confío en no escuchar el día en que el aire se quede sin kilohertcios.


(1): En promedio, unos cuatrocientos espectadores a sus partidos de local.
(2): Aunque no está de más señalar que el "colega" Héctor Pino está esforzándose en revertir esta situación.
(3): Veterano programa de la estación holandesa Radio Nederland Wereldomroep.
(4): Radio Moldova Internacional, y próximamente, Radio Pública de Armenia
(5): Véase el siguiente artículo de la desaparecida Radio Tashkent Internacional, titulado "We loose our listeners": http://ino.uzpak.uz/eng/letters_eng/letters_eng.htm


Saludos,

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.