miércoles, marzo 29, 2006

Día del joven combatiente.

Estimado lector. No se confunda. El título de este artículo no implica que yo ande apoyando esta fecha a la que algunos insisten en darle una importancia que supongo que tuvo algún día, pero que ahora no se le ve por donde. Es sólo que el asunto me inspira a escribir unas cuantas líneas.

Yo sabía de la existencia de este llamado "Día del Joven Combatiente", algún vago recuerdo tenía de informaciones de otros años, pero en realidad no tenía idea del día, y sólo una leve idea de la causa de este supuesto recordatorio. La existencia de esta fecha se me hizo más cercana al escuchar el otro día conversar a unos sujetos que estudian la misma carrera que yo en la universidad, todos autodeclarados "de izquierda", supongo. Pues bien, en algún momento de su conversación salió a colación el tema del "Día del Joven Combatiente", y uno de ellos dijo: "El Día del Joven Combatiente es un día donde los jóvenes recuerdan a los hermanos... (no recuerdo el apellido) y salen a las poblaciones a dejar la cagá". Confieso haberme tragado el "imbécil" para no decírselo. Teniendo en cuenta que, según lo expresado durante la conversación, no estaba yo ante un "muchacho de población", quizás sea aquello excusa para una aseveración tan ilusa. Me atrevo a decir, sin temor a equivocarme, que puedo contar con los dedos las poblaciones en las cuales hay manifestaciones a causa, supuestamente, de este recuerdo. Y, también creyendo estar en lo correcto, podría asegurar que son muy pocos los que saben que se "recuerda" hoy.

Quizás el lugar donde tiene algún sentido recordar este día es el que todos los años se muestra en las noticias: la Villa Francia. Y creo no equivocarme al postular que hay otra clase de "recuerdos" que se desarrollan en esa población en esta fecha, aparte de las barricadas y los disparos, que son lo único que los medios de comunicación masiva cubren. Ahora bien, en el resto de los lugares donde ocurren manifestaciones, desde el Pedagógico a la Usach, pasando por las cercanías de mi casa, mi sincera opinión es que se trata de puro "hueveo", de puro salir a tontear un rato, a cortar la calle y a tirar unas piedras; a salir a malgastar el tiempo por nada y a joderse a gente que no tiene nada que ver en el asunto. Los cortes de luz y de calles eran una manera de demostrar al regimen de Pinochet que no tenía el control de la situación, que el "orden" que decía querer implantar se podía subvertir. ¿Es ese el objetivo ahora? Ojalá se pudiera decir que hay un objetivo en estas acciones, pero no lo hay, son cualquier cosa.

Además, eso de "Día del Joven Combatiente"... ¿Combaten qué, por favor? ¿La injusticia? Sigo viendo los mismos pobres en las calles, las mismas casas mal hechas, las mismas aglomeraciones matinales en los hospitales, y no creo que una barricada las vaya a solucionar. ¿El sistema? Dejen de comprar ropa de la República Popular China y computadores con Windows; que eso será un arma más eficaz que sus perdigones hechizos. ¿Combatir al gobierno? Ni el "chico" Zaldivar tiembla porque ponen una bomba de ruido en La Pincoya. Serían más efectivos si la pusieran afuera de la sede central de los supermercados Líder, por ejemplo; pero no tienen ni estrategia, ni objetivo, ni sentido, ni nada. Es sólo un tontear por tontear.

Y ahora los autos y microbuses que pasan por Independencia están siendo desviados por la pésima calle en la que vivo porque algún imbécil tuvo la idea de prender algo a tres cuadras de casa.

Saludos,

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.
(Y no soy de derecha, aunque tenga tendencias gaullistas. xD)

martes, marzo 14, 2006

Gobernador de Chañaral.

Al gobierno Bachelet, recién comenzado, le han traído dolores de cabeza unos seres apenas visibles, al menos para los santiaguinos y la prensa nacional (téngase en cuenta que para los diarios regionales y la prensa de regiones en general -aclarando que esto corre desde los límites de Santiago para afuera- casi cualquier cosa y cualquier persona con algún cargo es noticia); los gobernadores. Noticia nacional el "quebradero de cabeza" que causaron tres de estos seres. Pero antes de seguir, ¿qué hace un gobernador? La Constitución Política (que un domingo venía gratis en La Nación Domingo) dice lo siguiente:

Artículo 116:
En cada provincia existirá una gobernación que será un órgano territorialmente desconcentrado del intendente. Estará a cargo de un gobernador, quien será nombrado y removido libremente por el Presidente de la República.
Corresponde al gobernador ejercer, de acuerdo a las instrucciones del intendente, la supervigilancia de los servicios públicos existentes en la provincia. La ley determinará las atribuciones que podrá delegarle el intendente y las demás que le corresponden.
En cada provincia existirá un consejo económico y provincial de caracter consultivo. La ley orgánica constitucional respectiva determinará su composición, forma de designación de sus integrantes, atribuciones y funcionamiento.

Artículo 117:
Los gobernadores, en los casos y forma que determine la ley, podrán designar delegados para el ejercicio de sus facultades en una o más localidades.

Ahora bien, todo este lío me recordó una "frase al voleo" dicha por alguno de mis ex compañeros de la "generación I", durante mi estancia en el Instituto Nacional. (si no me equivoco, Johan Van der Molen) Que mi futuro político sería ser gobernador de Chañaral. Podeís imaginaros entonces, venerables lectores, de qué modo me embargó la emoción al saber que el cargo se encontraba vacante, y más encima por un tipo que rechazó el cargo porque le era más rentable quedarse trabajando en Copiapó. Pues bien, ¡yo quiero el cargo de gobernador de Chañaral! Ante la avalancha de voluntarios, me ofrezco humildemente a asumir el cargo, con toda alegría. ¿Y por qué? Pues claro, por las ansias de poder indisimulables de quién escribe. No lo voy a ocultar, hasta aceptaría ser delegado municipal en Catapilco si me lo ofrecieran; pero claramente este cargo se ve con mucha más proyección, con mucho más futuro, y especialmente por mis propuestas para mi mandato provincial:

1. Aprovecharemos que algún día el Presidente Lagos se bañó en las playas de Chañaral para lanzar la campaña "Lagos lo recomienda: Ven a Chañaral". Si bien ya pasó la temporada, confiamos en que la popularidad del ex-mandatario incremente las visitas nacionales en un 5%.

2. Aprovechando el proceso de resurrección del tren implementaremos el servicio El Salvador-Diego de Almagro-Chañaral (MerChaña), con al menos 4 frecuencias diarias, y trenes restaurados. Se augura gran atractivo turístico. Financiado, claro, con las utilidades de EFE.

3. La provincia de Chañaral necesita identidad. Por ello, procederé en el primer mes de mi mandato a dar a nuestra provincia una bandera y un himno propio. Exigiremos a Correos Chile la creación de estampillas para Chañaral, las cuales serán del interés de los coleccionistas del mundo y permitirán financiar la creación del Palacio de la Gobernación. Por último, crearemos Radio Chañaral Internacional, emisora destinada a difundir Chañaral en el mundo y con emisiones en español, francés, árabe, serbocroata, tajiko, somalí, swahili, uigur y laosiano.

4. Ante la amenaza de cierre de El Salvador exigiremos al gobierno central la suspensión de esa medida, que podría dejar a la provincia sin un tercio de su población, y sin club de fútbol. Si el gobierno se niega a considerar nuestras peticiones convocaré a la huelga general como medida de presión. Y si aún así somos derrotados, demandaremos que, por lo menos, El Salvador sea declarado el Sewell del norte chileno.

5. El aeropuerto de El Salvador será declarado Aeropuerto Internacional "Hernán Rivera Letelier". Negociaremos la llegada de importantes aerolíneas, como Air Nauru, Aeroflot y Palestinian Airlines.

6. Pediremos al gobierno central que la primera central nuclear chilena se establezca en nuestra provincia. Para ello la provincia de Chañaral cuenta con inmejorables ubicaciones, sobretodo desérticas. Además, podría ser la oportunidad para crear una nueva ciudad que permitiera aumentar la población provincial y descongestionar Santiago. Y siempre podemos bautizarla como "Espringfield".

(Se aceptan sugerencias para más propuestas)

Estas son sólo muestras de cómo mi benéfico mandato permitiría a la provincia de Chañaral surgir. Por esto, ¡basta de cobardes que no quieren aceptar desafíos! ¡Basta de pusilánimes que buscan estos cargos sólo para descansar en un asiento y no hacen nada! Conozco la realidad de Chañaral, ¡y Chañaral necesita acción! Estoy esperando sólo la llamada para asumir, y no importa que no sea llamado ahora; sé que la ciudad de Chañaral seguirá esperando y me recibirá con los brazos abiertos cuando llegue a su terminal de buses, dispuesto a trabajar por una provincia a la que amaré como si de Melipilla o Polonia se tratase.

(Pero usted siempre puede ayudarme y escribirle a la Presidenta Michelle Bachelet que soy materia dispuesta para asumir el cargo, y así hacer feliz a la provincia referida, y por qué no, a mi mismo.)

Saludos,

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.

lunes, marzo 06, 2006

Incendios.

Ayer, mientras junto a Lucy habíamos ido a ver una película a un cine cualquiera (o sea, no al Normandie ni a El Biógrafo), me enteré de que el Diego Portales se había incendiado. Quemado. Sí, ese edificio donde pasaba cada vez que caminaba más acompañado que solo hacia el parque San Borja cubría el paisaje con su imponente sombra y figura. Reaccioné con incredulidad, en realidad, y hasta llamé a mi propia madre para que me ratificara la noticia.

Después de un largo viaje ida y vuelta a Estación Central para dejar a Lucy no alcancé a llegar a las noticias; o al menos no al comienzo de estas, como para ver las imágenes. (Reclame a Alsacia por las malas frecuencias de la 141 y la 630, y a los ineptos que tuvieron la "genial idea" de que todo el flujo de transportes de la Villa Los Libertadores, donde alguna vez viví, salga por el costado de Américo Vespucio; o sea, un auto podría estar allí perfectamente hasta las 10 de la noche esperando poder pasar.) Tampoco me "dio el cuero" como para ver las noticias de las doce; me quedé dormido antes. Sin embargo, gracias a la página web de Radio Cooperativa pude enterarme más menos de lo sucedido y hasta ver algunas imágenes del sorprendente desplome de la estructura de la entrada a este edificio.

¿A qué viene todo esto? Sucede que hay cosas que uno no se imaginaría que se queman, o cree que son incólumes a todo evento destructivo... Pensemos cómo habrá sido ver el 13 de septiembre de 1973 el Palacio de La Moneda destruído. O si se cayera la Torre Entel. Pero bueno, más allá de que el asunto nos recuerda lo efímero de todo, incluso de los edificios emblemáticos, a mi mente trajo a colación los incendios que recuerdo más de cerca; más allá de que nunca me haya afectado uno. (Sorpresivamente, sí he resultado afectado directamente por inundaciones, y no siempre provocadas por lluvias...) Especialmente recuerdo dos, acaecidos en casa de mi abuela materna.

Mis recuerdos no son muy precisos como para poner en orden el año en que ocurrieron o la fecha. Aún así, trataré de contarlos lo mejor posible. El primero que recuerdo ocurrió en la casa tras la de mi abuela materna. Por ese entonces moraba en ella una señora de la cual mi tía abuela me contó muchas historias cuando anduvimos de viaje por Puerto Montt, (hay gente que dice que si usted quiere hacer "turismo-aventura" debe venirse en tren. En mi caso no fue así, pero eso es harina de otro costal) y que si no me equivoco se llamaba Esmeralda. La cosa es que una tarde, si no me equivoco otoñal, en que estábamos mi abuela materna, mi prima, un tío mio, yo, y el perro de ese lugar que por ese entonces seguía vivo, mi abuela le dice a mi prima que saque al perro y terminamos yo junto con ellas bajo un árbol en frente de la casa. El motivo estaba a la vista: fuego salía de la casa trasera. Mi tío con una manguera intentaba enviar agua a la casa vecina, y de la casa del lado también salía otro chorro de agua. Así, medio barrio terminó en la plaza frente a la casa de mi abuela materna (esa donde se columpiaron durante mi cumpleaños) mirando un fuego que si bien resultó bastante preocupante, no ocasionó ningún daño.

El segundo que recuerdo no fue tan cercano, pero me provocó más pavor que el anterior. Mi abuela materna (en cuyo hogar pasé mis primeros años de vida, pero en ese entonces ya vivía yo en mi domicilio actual) vive a pocas cuadras de la Panamericana Norte, por lo tanto cerca de muchas industrias. Recuerdo que me contaron de al menos un par de veces en que la bodega de los supermercados Montserrat (ubicada en Zapadores con Panamericana Norte) se había quemado, pero eso para mi es sólo un recuerdo relatado. La memoria en pensamiento vivo la tengo del incendio de las fábrica de pinturas Iris, no muy lejos de la bodega antes mencionada. En algún momento caída la noche, cuando mi madre ya había ido a buscarme a casa de mi abuela (creo), se comenzó a oler humo, a sentir sirenas ululando, y a sentir algunas explosiones. Nuevamente medio vecindario se apostó en la plaza a mirar lo que ocurría; si bien desde allí no podía saberse mucho, más que ver y oler humo. Creo además que caían algunos restos por allí. Quienes corrieron hacia Zapadores con destino a Panamericana podrán haber visto más de cerca lo ocurrido, pero yo no me conté entre ellos y vía televisión me (nos) enteré (enteramos) de que el asunto era un incendio en una fábrica de pinturas. Y aquello me puso más intranquilo que el incendio anteriormente relatado. En cualquier momento me imaginaba un tarro de pinturas en llamas cayendo sobre la casa; producto de las inquietantes explosiones. Llegó la hora en que había que irse de casa de mi abuela a la nuestra, y aunque la intensidad del incendio parecía haber disminuído, yo no quería irme. De todos modos terminamos con mi madre esperando micro en Zapadores con Barón de Juras Reales, y de esa micro proviene quizás mi más vivo recuerdo de ese episodio: Mirando por el vidrio de atrás la humareda que se veía hacia Panamericana, y yo tratando de canturrear una canción para calmarme. Al llegar a casa, la televisión mostraba un comercial de Aspirina. Para el dolor de cabeza post-nervios, supongo.


Saludos,

S.E., Mrcl. Eduardo Peñailillo B.